SORDERAS

Se denomina sordera o hipoacusia al déficit funcional que ocurre cuando un sujeto pierde capacidad auditiva, en mayor o menor grado. La pérdida de audición es uno de los problemas de salud crónicos más comunes, que afecta a personas de todas las edades, en todos los segmentos de la población y de todos los niveles socioeconómicos. La incidencia aumenta con la edad: aproximadamente 3 de cada 10 personas mayores de 65 años sufre pérdida de audición. Ésta puede ser hereditaria o puede ser el resultado de una enfermedad, traumatismo, exposición a largo plazo al ruido, o medicamentos.
Lo primero que realizamos es establecer un diagnóstico fiable para poder determinar el grado y el tipo de pérdida de audición. Las hipoacusias pueden ser:

  • Hipoacusias de transmisión, en la cual la lesión se encuentra en el oído externo (conducto auditivo externo) o en el medio (tímpano y cadena de huesecillos).
  • Hipoacusias neurosensoriales, en los que el fallo se localiza en el oído interno.

Hipoacusias de transmisión
La causa más frecuente de hipoacusia de transmisión en los adultos son las otitis medias crónicas, en las cuales se produce una perforación timpánica o un daño en la cadena de huesecillos. Las perforaciones del tímpano también se producen por exposiciones a ruidos intensos (petardos, explosiones), por un golpe (bofetada), por cambios bruscos de presión (buceo) o por limpieza de oído con bastoncitos de algodón o objetos punzantes. En todos los casos, se genera una sordera y en algunas ocasiones ruidos en el oído. Se diagnostica mediante la exploración del oído con microscopio. Asimismo, una audiometría medirá la intensidad de la pérdida auditiva.

El tratamiento se realiza en función del tamaño de la perforación y de las infecciones que provoca. Si la perforación es pequeña esperaremos 6 meses para ver si cierra espontáneamente. En caso de no cerrar, se procederá a su cierre mediante la colocación de un injerto a través de la perforación. Es un procedimiento quirúrgico conocido como miringoplastia o timpanoplastia. Las timpanoplastias básicamente corrigen el defecto mediante injertos y prótesis de oído medio. La cirugía se puede realizar por detrás de la oreja, a través un pequeño corte, o por la entrada del conducto auditivo externo; siempre con el objetivo de solucionar la infección crónica que afecta al paciente y mejorar la audición. En los casos en que la cadena de huesecillos está muy alterada, podemos recurrir a dispositivos electrónicos que pueden implantarse, como son los implantes osteointegrados o los implantes de oído medio.
En la edad infantil, la causa más frecuente de hipoacusia de transmisión es la otitis serosa (Ver capítulo ORL infantil).
Un caso diferente es la otoesclerosis, una enfermedad hereditaria que afecta a la cadena de huesecillos, concretamente el estribo. Se trata de una alteración de la osificación de la cápsula ótica que provoca la formación de hueso alrededor del estribo fijándolo e impidiendo el correcto funcionamiento de la cadena de huesecillos. El tratamiento en todos los casos es quirúrgico, mediante una intervención denominada estapedectomía o estapedotomía. Esta operación se realiza a través del conducto auditivo y consta del recambio parcial o completo del estribo sustituyéndolo por una prótesis, pudiéndose así recuperar la audición perdida en un 90% de los casos.

Hipoacusias neurosensoriales

En las hipoacusias neurosensoriales, el daño tiene lugar en el oído interno, a nivel del nervio auditivo o de las células ciliadas del oído interno (cóclea).

El tratamiento habitual de las mismas es mediante la utilización de audífonos. Los audífonos son dispositivos electrónicos que amplifican el sonido para recuperar parte la intensidad de la sordera que presenta el paciente. En los casos en los que los audífonos convencionales no pueden utilizarse o dejan de ser útiles, se pueden utilizar implantes de oído medio o implantes cocleares, según la gravedad del deterioro auditivo.

Un implante coclear es un mecanismo que se implanta mediante cirugía en aquellos pacientes que padecen una perdida auditiva muy grave en ambos oídos. El implante estimula eléctricamente el nervio auditivo permitiendo una mayor audición. Se utiliza en:

  • Niños con sordera de nacimiento o adquirida en la infancia, y en los que los audífonos no son suficientes
  • Adultos en los que, por la gravedad de su sordera, no pueden beneficiarse de los audífonos

Los implantes cocleares cuentan con un dispositivo interno, que se aloja en el oído interno (cóclea), y otro externo, visible, de aspecto similar al audífono convencional. La cirugía necesaria para implantar la parte interna del dispositivo se realiza a través de una pequeña incisión detrás de la oreja. A través de esta incisión se colocarán dentro del oído interno unos electrodos, por lo que es necesario retirar el hueso que cubre esta parte del oído. La intervención se realiza bajo anestesia general.

Tras la intervención, se realizará la primera programación que irá acompañada de una rehabilitación auditiva que se centrará en ir superando etapas: detección y discriminación de sonidos, identificación de sonidos y palabras, y reconocimiento de palabras y comprensión verbal.