ORL INFANTIL

Las enfermedades del oído, nariz y garganta son muy frecuentes en la edad infantil. Estas enfermedades no sólo repercuten en el desarrollo y crecimiento del niño sino que también pueden dejar secuelas a lo largo de toda la vida en forma de pérdida de audición, otitis crónica, malposición dentaria o sinusitis crónica.

Las principales patologías existentes en niños son:

– Amigdalitis de repetición y dificultad respiratoria nasal (Ver capítulo de AMIGDALAS y VEGETACIONES)

– Hipoacusias infantiles

– Otitis medias serosas

– Otitis medias agudas de repetición

– Frenillo lingual

Hipoacusia infantil

La hipoacusia o sordera es la disminución de la percepción auditiva. Es un problema de especial importancia durante la infancia, ya que el desarrollo intelectual y social del niño depende, en gran parte, del buen funcionamiento del oído.

El diagnóstico de la hipoacusia infantil se realiza mediante las siguientes pruebas:

– Otoemisiones Acústicas

– Potenciales Evocados Auditivos de Tronco Cerebral (PEATC)

– Impedanciometría. Timpanometría y estudio del reflejo estapedial

– Audiometría infantil

Estos estudios nos permitirán conocer si el déficit auditivo está provocado por un trastorno en el oido medio (Hipoacusia transmisivas) o en el oído interno (Hipoacusias neurosensoriales).

En el oído medio es donde se originan la mayor parte de los problemas auditivos en la infancia. Los dos cuadros más frecuentes son las otitis serosas y las otitis medias agudas de repetición.

Las hipoacusias neurosensoriales son debidas a una alteración del oído interno, ya sea desde el nacimiento o de forma adquirida. En estos casos, normalmente se recurre a la colocación de un dispositivo electrónico como son los audífonos convencionales. Si los audífonos no son útiles, los pacientes pueden beneficiarse de una intervención quirúrgica, llamada implante coclear, en la cual, se produce una estimulación eléctrica del nervio auditivo. Los pacientes candidatos a implante coclear son niños con sordera de nacimiento o adquirida durante la infancia. También pueden ser útiles en pacientes adultos que por la severidad de la sordera ya no se pueden beneficiar de los audífonos.

Estos dispositivos están compuestos de una parte interna formada por electrodos, que se aloja en el oído interno (cóclea) y una parte externa visible, similar a un audífono convencional. La intervención para implantar la parte interna se realiza a través de una incisión detrás de la oreja, y bajo anestesia general.

Una vez realizada la intervención, se procederá a realizar la primera programación y seguidamente se iniciará la rehabilitación auditiva. Esta se centrará en superar etapas sucesivas, detección y discriminación de sonidos, identificación de sonidos y palabras, reconocimiento de palabras y comprensión verbal.

Otitis medias serosas

La otitis media serosa consiste en el acúmulo de mucosidad en el oído medio. Generalmente cursa sin infecciones agudas, aunque a veces puede acompañarse de ellas (otitis agudas). Es muy frecuente durante la infancia. Cuando ocurre en niños menores de 5 años constituye la principal causa de retraso de lenguaje y escolar.

La principal causa es el aumento de tamaño de las vegetaciones o adenoides, que produce un bloqueo de la trompa de Eustaquio (conducto que comunica y ventila el oído con la nariz), provocando el acúmulo de mucosidad dentro del oido y de manera secundaria la pérdida de audición (entre un 30 y un 40 por ciento). Otra causa, aunque mucho menos frecuente, es la rinitis alérgica.

El tratamiento consiste en la colocación de los llamados tubos de ventilación o drenajes transtimpánicos. La colocación de los drenajes se realiza bajo anestesia general en los niños, o con anestesia local en los adultos. Tras practicar una pequeña incisión en el tímpano (miringotomía), se aspira el moco acumulado en el oído. A través de dicha incisión, se coloca un pequeño tubo de ventilación, que permitirá la entrada de aire y la salida de líquido del oído medio. El tubo de ventilación reemplaza la función de la trompa de Eustaquio, y se suele caer espontáneamente a los 6-8 meses. Una vez extraido el moco intratimpánico, se reestablece totalmente la audición. Además, en el caso de que también haya infecciones, desaparecerán o disminuirán drásticamente las mismas. Asímismo, los casos en que la otitis serosa se acompañe de un aumento de tamaño de las vegetaciones o adenoides, se procederá, también, a la extirpación de las mismas (ver capítulo AMÍGDALAS Y VEGETACIONES).

 

Otitis medias agudas de repetición

La otitis media aguda es una infección del oído medio que aparece de forma brusca, en pocas horas y produce dolor de oído (otalgia) y perdida de audición (hipoacusia). Habitualmente el primer síntoma en aparecer es el taponamiento de oído y posteriormente aparece el dolor. En algunos casos, el oído comienza a supurar, es decir a emanar un líquido (pus) a través del conducto auditivo. Esto ocurre cuando el tímpano se perfora y libera el líquido infectado del interior del oído medio. Habitualmente cuando el oído comienza a supurar el dolor cesa debido a que finaliza la presión sobre tímpano. Si el tratamiento es correcto, el tímpano se cierra completamente y los síntomas disminuyen hasta desaparecer en algunos días.

La principal causa es el aumento de tamaño de las vegetaciones o adenoides, que producen un bloqueo de la trompa de Eustaquio. Otras causa menos frecuente, son los simples cuadros catarrales comunes de la infancia, que provocan entrada de moco en el oído, y una posterior infección del mismo.

El tratamiento inicial siempre es con antibióticos, cediendo el cuadro en la practica totalidad de ocasiones. Si se mantienen las infecciones con supuraciones contínuas sin tratamiento, es frecuente la aparición de perforaciones timpánicas. En los casos en que se mantengan las infecciones de manera continua, al igual que en las otitis serosas, se procede a la colocación de tubos de ventilación o drenajes timpánicos.

Frenillo lingual

Un frenillo lingual excesivamente corto, también conocido como anquiloglosia, puede producir diversos problemas en la pronunciación, especialmente de la r, en la correcta deglución, así como problemas en la forma y configuración de los dientes (maloclusión, mordida cruzada, etc.).

Para solucionar el problema, efectuamos una sencilla intervención, consistente en la sección amplia del frenillo, mediante láser o con un bisturí especial eléctrico. Ello permite evitar la inflación de los tejidos vecinos y el sangrado. Con ello, conseguimos una intervención rápida, sin sangre, indolora, y con una liberación completa del frenillo lingual.